jueves, 28 de junio de 2012

Don Giovanni de Mozart

La inauguración del nuevo edificio de la Deutsche Oper Berlin conto con la producción de el Don Giovanni de Mozart

De la fusion de elementos en apariencia tan diversos y alejados entre si nace la complejidad de esta opera, justamente considerada como uno de los ejemplos mas perfectos de la opera lirica.
 
Drama jocoso en dos actos de Wolfgang Amadeus Mozart (1756 - 1791), sobre libreto de Lorenzo Da Ponte (1749 - 1838). Primera representacion: Praga, Standetheater, 29 octubre 1787.

Los personajes: Don Juan, joven caballero extremadamente licencioso (baritono); doña Ana, prometida esposa de don Octavio (soprano); el comendador, padre de doña Ana (bajo); don Octavio (tenor); doña Elvira, dama de Burgos, abandonada por don Juan (soprano); Zerlina, aldeana, prometida esposa de Massetto (soprano); Leprorello, criado de don Juan (bajo comico); Masseto, aldeano (bajo comico). Aldeanos y aldeanas, criados y musicos.

Argumento: Acto primero. Cuadro primero. La accion se desarrolla en una ciudad de España. Ante la morada del comendador, Leporello atiende a su señor; don Juan, enmascarado, se ha introducido en la casa, efectivamente, para engañar a doña Ana, pero descubierta su tentativa, irrumpe en escena seguido por el comendador, que trata de detener al desconocido fugitivo. En un breve duelo muere el comendador, y don Juan huye.
Cuadro segundo. Ya amanece, y don Juan se prepara a nuevas empresas amorosas cuando llega doña Elvira, seducida por él hace tiempo, luego abandonada; el caballero rehuye el poco agradable encuentro, confiando a Leporello el encargo de revelar a la joven la verdadera naturaleza de su caracter, cinico y disoluto. La larga lista de los amores de don Juan deja descompuesta a doña Elvira.
Cuadro tercero. Cerca de una hosteria encuentra don Juan un cortejo nupcial. El caballero se siente atraido por las gracias de la esposa, una aldeana llamada Zerlina, y encarga a Leporello que invite a todos a una fiesta en su casa. La joven, halagada por las atenciones del caballero, esta a punto de aceptar cuando interviene doña Elvira. Entran en escena tambien doña Ana y Octavio, ignorando la verdad, piden ayuda a don Juan para su venganza; por otra parte, doña Elvira revela a todo el mundo lo que acaba de saber por Leporello. Don Juan, impasible, trata de hechar a broma la situacion prometiendo a unos su ayuda, acusando de locura a doña Elvira, y cortejando a la joven Zerlina. Pero doña Ana ha reconocido  en don Juan, por la voz, al matador de su padre y pide venganza.
Cuadro cuarto.  Jardin en el palacio de don Juan. Zerlina esta profundamente turbada; un verdadero y profundo afecto la une a Masetto, su prometido esposo, pero la fascinacion que emana de don Juan es irresistible. Aparecen en el jardin algunas mascaras: son doña Elvira, doña Ana y Octavio, decididos a vengarse; don Juan que no los ha reconocido, les invita a la fiesta.
Cuadro quinto. Entran las mascaras en la sala de baile, acogidas por el dueño de la casa con un himno a la libertad. Comienzan las danzas; don Juan consigue llevarse aparte a Zerlina, que pide ayuda. Las mascaras se descubren el rostro, acusan abiertamente a don Juan de todas sus fechorias y anuncian el proximo castigo del cielo.
Acto segundo. Cuadro primero. Una calle, ante la casa de doña Elvira. Leporello está cansado de la vida que lleva, pero el tintineo de algunos escudos lo induce no solo a continuar en su servicio, sino incluso a vestir el traje de su señor para sustituirlo en una aventura galante que tiene como objeto a la propia doña Elvira; don Jua, vestido como Leporello, se dedica a la criada. El travestido da origen a dos escenas simetricas. En la primera, don Juan, a quien el furibundo Masetto confunde con Leporello, no solo consigue sustraerse a la venganza, sino que descarga sobre las espaldas del pobre aldeano una tunda de palos. En la segunda escena (cuadro segundo), Leporello, a quien toman por don Juan y casi pierde la vida, a duras penas consigue escapar de las iras de Masetto, Zerlina, doña Ana, Octavio y doña Elvira, todos firmemente dipuestos a vengarse.
Cuadro tercero. Un cementerio con la estatua del comendador. Don Juan, una vez mas de regreso de una aventura galante, entra en escena saltando sobre la tapia, huyendo de sus perseguidores. La aventura lo ha puesto de buen humor: mientras cuenta a Leporello lo que ha ocurrido, rie. Pero en la oscuridad suena una voz amenazadora: en vanobusca don Juan entre las tumbas a quien ha hablado; finalmente se da cuenta de que ha sido la estatua del comendador, alli sepultado. Obligado por don Juan, Leporello, tembloroso, invita al comendador a cenar, en nombre de su señor. La estatua responde: "Si". Interrumpida momentaneamente la tension dramatica con una breve escena de amor entre doña Ana y don Octavio (cuadro cuarto), se llega a la comclusion de la historia.
Cuadro quinto. En una sala de su palacio, don Juan esta sentado a la mesa, ya dispuesta, y los musicos alegran el convite. Irrumpe doña Elvira en un ultimo y desesperado intento de inducir a don Juan al arrepentimiento, pero, encarnecida y burlada, sale. El la puerta tropieza con la estatua del comendador, que ha aceptado la invitacion.
La comedia se transforma ahora rapidamente en drama. Don Juan no titubea, y cuando el comendador le pide que le devuelva la visita acepta y como prueba alarga la mano hacia la estatua, que se la aferra. Ya corre el frio por los miembros del caballero y todavia se niega a arrepentirse, y con este "no" obstinado en los labios, las llamas del infierno envuelven a don Juan. En este momento entran en escena todos los personajes y sus voces se unen para cantar la moraleja de la historia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario